Composición de la Materia

Existen dos maneras de agrupar la materia que conocemos, una de ellas es por su estado físico en sólidos, líquidos o gases. La otra forma es en base a su composición química en elementos, compuestos o mezclas.

Los estados de la materia difieren en algunas de sus propiedades que podemos medir, por ejemplo, los gases no tienen volumen ni forma definidos, sino que se ajustan a la forma y tamaño del recipiente que los contenga. Podemos comprimir un gas si aplicamos fuerza al recipiente o disminuyendo la temperatura, sin embargo, tan pronto se retire la fuerza o la temperatura llegue nuevamente a su valor anterior, el gas ocupará nuevamente su volumen inicial. En cambio los líquidos tienen un volumen definido pero no tienen una forma específica. Un líquido adopta la forma del recipiente que lo contiene, si cambia de recipiente, cambiará de forma pero conservará su volumen. Por otro lado, los sólidos si tienen una forma y un volumen específicos. Los líquidos y los sólidos no pueden comprimirse de manera significativa como lo hacen los gases.


En la naturaleza, las sustancias ya sean líquidos, sólidos o gases, están compuestas de elementos o compuestos. Un elemento es una sustancia que no puede descomponerse en una sustancia más simple ya que está constituida por un sólo tipo de átomo, cualquiera de la Tabla Periódica. Los compuestos, en cambio, están formados por dos o más elementos y por lo tanto contienen diferentes clases de átomos y solemos llamarlos moléculas.




Estas sustancias pueden estar en estado puro si solamente hay un tipo de átomo o compuesto, o bien pueden estar en forma de mezclas si hay combinaciones de dos o más sustancias y cada una de ellas conserva sus propias características y propiedades químicas. Una sustancia pura es, por ejemplo, el agua, mientras que una mezcla sería una taza de café o té.

También podemos tener mezclas homogéneas cuando la distribución de los diferentes compuestos que la constituyen se hallan distribuidos de manera uniforme, como por ejemplo el aire, que tiene Oxígeno, Nitrógeno, agua y cantidades pequeñas de otros compuestos. Las mezclas heterogéneas no tienen la misma composición, propiedades y aspecto en todos sus puntos, tal es el caso de materiales como la arena, las rocas o la madera.

Debido a que en una mezcla los diferentes compuestos conservan sus propiedades, podemos separarlos por métodos físicos o químicos sencillos. Por ejemplo, podemos separar el agua de los demás compuestos que hay en una muestra de agua de mar sometiéndola a una temperatura de 100 grados centígrados y después condensándola.

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